Aguayo se destaca como un gran recopilador de las nuevas ideas pedagógicas de su época, centrando su ideario pedagógico de Dewey. Entre sus obras más destacadas se encuentra la llamada “Tratado de Pedagogía” en la cual se considera como centro las características y necesidades de la niñez, siendo la finalidad de la educación “dirigir racionalmente la vida”. Según Aguayo para alcanzar este objetivo, la educación debe basarse en procesos científicos que aseguren su desarrollo.
Esos procesos científicos se caracterizan en el análisis del desarrollo físico y mental de los niños, el concepto de juego, las tendencias instintivas (imitación, sugestión y curiosidad) y la Metodología, que según Aguayo debe ser graduada y lógica, respetando las leyes del desarrollo infantil, respetando la progresión natural en el desarrollo de los conceptos y las experiencias que el niño posee. Su libro “Tratado de Pedagogía” reúne en un mismo texto todo el material referente a la Ciencia de la Educación, por lo que es el primero en Latinoamérica en unificar el estudio de la educación y sus procesos en un solo tomo. En Cuba fue un referente para la carrera magisterial, convirtiéndose sus libros en la base para la formación de nuevos maestros. Se destacó en sus primeras publicaciones por su crítica a la des-actualización y la mediocridad docente, planteando “No escribo, sin duda, para cadáveres del magisterio, para los indiferentes y para los rutinarios… No importa. Aunque solo consiga estimularlos, interrumpir un poco la monotonía de su labor profesional y hacerles meditar sobre algunos problemas vitales…” Su metodología se basa en el método funcional, pues considera que este es que permite “dirigir las actividades del maestro y alcanzar los fines pedagógicos con economía y eficacia”. Esta se basa en generar lecciones y actividades que eviten el aburrimiento y la fatiga, por lo que comienza con la sugestión y el estímulo, luego se presenta el conocimiento que se pretende enseñar y finalizando se le debe plantear al alumno que aplique el nuevo conocimiento. Otra característica central de la pedagogía de Aguayo es su apoliticidad y su neutralidad en la elaboración y enseñanza de los contenidos, por lo que plantea que en la escuela público no se enseñe religión, ni se profesen credos políticos ni sociales. |