El maestro uruguayo Jesualdo Sosa (1905-1982) fue un educador referente, que plasmó su magisterio en el medio rural, en una prédica fermental que le permitió concitar la admiración de colegas y alumnos. La publicación de su principal obra, “Vida de un maestro” en 1935, en la cual narra las experiencias en la escuela rural de Canteras de Riachuelo, provocó una fuerte conmoción entre los educadores latinoamericanos, y constituye un esclarecedor testimonio de la cátedra impartida por Jesualdo.
Maestro y escritor, se dedicó a las letras para demostrar la posibilidad de una educación “nueva” y manifestar su "rebelión como hombre" y su "escondida venganza contra la despersonalización de la escuela hacia el individuo". Su primera experiencia docente la realizó en la Escuela Experimental Nº 1 de Montevideo. En su tarea chocaba a menudo con directores e inspectores que consideraban que su clase "paseaba demasiado".
Relata su experiencia en la escuela rural de Canteras del Riachuelo, a la que describe con las siguientes palabras:
“...escuelita de un rincón de la tierra, simple barracón de cinc y madera, descascarado; podridas sus puertas; raídos sus pisos; con latas y cartones por vidrios; con un grupito de maestros salidos de la entraña de la realidad más que de cartapacios pedagógicos, como sostenedores e inquietadores...”
Es que en Riachuelo se encontró con un panorama desolador. No podía enseñar a niños que padecían hambre, así que consiguió unas vacas para criar en el predio escolar. Descubrió en ese lugar la explotación y las desigualdades sociales; los niños de la escuela estaban obligados a "repetir" varias veces por ausencia de cursos superiores. Lo peor era el destino que les esperaba cuando a los diez o doce años debían convertirse en asalariados rurales para engrosar la lista de los que no tenían más que sus manos.
Jesualdo así se dio cuenta que la escuela era el único agente de cultura y que hacía felices a los niños, por eso suprimió vacaciones y feriados y creó cursos para ex alumnos, además incluyó dentro de los estudios escolares el cálculo aplicado al valor de un jornal, el precio de la mercancía, la ganancia de un propietario, para que los jóvenes se movieran con mayor lucidez.
Relata su experiencia en la escuela rural de Canteras del Riachuelo, a la que describe con las siguientes palabras:
“...escuelita de un rincón de la tierra, simple barracón de cinc y madera, descascarado; podridas sus puertas; raídos sus pisos; con latas y cartones por vidrios; con un grupito de maestros salidos de la entraña de la realidad más que de cartapacios pedagógicos, como sostenedores e inquietadores...”
Es que en Riachuelo se encontró con un panorama desolador. No podía enseñar a niños que padecían hambre, así que consiguió unas vacas para criar en el predio escolar. Descubrió en ese lugar la explotación y las desigualdades sociales; los niños de la escuela estaban obligados a "repetir" varias veces por ausencia de cursos superiores. Lo peor era el destino que les esperaba cuando a los diez o doce años debían convertirse en asalariados rurales para engrosar la lista de los que no tenían más que sus manos.
Jesualdo así se dio cuenta que la escuela era el único agente de cultura y que hacía felices a los niños, por eso suprimió vacaciones y feriados y creó cursos para ex alumnos, además incluyó dentro de los estudios escolares el cálculo aplicado al valor de un jornal, el precio de la mercancía, la ganancia de un propietario, para que los jóvenes se movieran con mayor lucidez.
Sus inquietudes lo inscribieron desde el comienzo de su actividad docente, aunque desde una actitud crítica, en los caminos renovadores de la corriente de la escuela nueva o activa que proponía el traslado del interés que había existido por los métodos de enseñanza, hacia lo relacionado con la psicología del niño y del aprendizaje, privilegiando nuevas pautas de actividad, libertad y autonomía. Jesualdo profundizó en particular el tema de la expresión, otorgándole una dimensión mucho más rica de la que se le daba corrientemente.
Al referirse a su formación teórica, Jesualdo escribe: "Y entonces me encerré a leer todo, a apurar todo de un trago, como un borracho que cree llegar a ver a Cristo en el fondo de la última copa. Busqué lo que había en todas partes para doctorar mis intuiciones. Devoré lo bueno y lo malo; lo antiguo, que a veces me resultaba nuevo y lo que parecía nuevo, porque las hojas del libro estaban sin cortar y era, ay, viejo de senectud.”
Supo conciliar la práctica con la teoría y apostó a la concreción de su experiencia en un marco que escapaba a toda solución elitista; fue un legítimo heredero de la mejor tradición iniciada por el Reformador José Pedro Varela.
El centro medular de su pedagogía era la expresión creadora que, junto a lo que él llamaba interés actual, configuraron los pilares de su proyecto curricular.
Al referirse a su formación teórica, Jesualdo escribe: "Y entonces me encerré a leer todo, a apurar todo de un trago, como un borracho que cree llegar a ver a Cristo en el fondo de la última copa. Busqué lo que había en todas partes para doctorar mis intuiciones. Devoré lo bueno y lo malo; lo antiguo, que a veces me resultaba nuevo y lo que parecía nuevo, porque las hojas del libro estaban sin cortar y era, ay, viejo de senectud.”
Supo conciliar la práctica con la teoría y apostó a la concreción de su experiencia en un marco que escapaba a toda solución elitista; fue un legítimo heredero de la mejor tradición iniciada por el Reformador José Pedro Varela.
El centro medular de su pedagogía era la expresión creadora que, junto a lo que él llamaba interés actual, configuraron los pilares de su proyecto curricular.
¿Quién mejor que un alumno, para describir a su maestro? este es un Corto Documental de Cineduca Rocha,
donde una ex alumna habla de quien para ella fue un "maestro de libertad": Jesualdo Sosa.
donde una ex alumna habla de quien para ella fue un "maestro de libertad": Jesualdo Sosa.
Jesualdo dijo: “La educación es el fundamental instrumento de transformación
social en cualquier proceso que exige cambios profundos y permanentes,
en cualquier época y sean cuales fueren las circunstancias
y regímenes que tengan que operar en tal sentido.”
Afirmó siempre, que así fue entendido y utilizado desde las primeras relaciones humanas y por lo tanto este principio no podía escapar a los fundadores del marxismo-leninismo. Esta valoración la encuentra en el concepto de “categoría eterna”, como califica Lenin a la educación, por lo que plantea que esta idea debe encabezar su exposición por considerarla una original definición totalizadora, y añade: “...las categorías, desde el punto de vista marxista, no son sistemas cerrados o inmutables de nociones fundamentales, a priori, sino como un reflejo de los aspectos más generales y más esenciales de la naturaleza y de la sociedad en la conciencia, que expresan la realidad objetiva (siempre cambiante)...”
En consecuencia, la educación es una categoría porque no es sino la expresión objetiva de un estado de conciencia que denuncia en el hombre su capacidad, su posibilidad para interpretar su medio, evaluar sus relaciones cognoscitivas, aprender las leyes que rigen esas relaciones y a su vez, estimularse hacia la superación cognoscitiva en un progresivo trabajo de concientización.”
social en cualquier proceso que exige cambios profundos y permanentes,
en cualquier época y sean cuales fueren las circunstancias
y regímenes que tengan que operar en tal sentido.”
Afirmó siempre, que así fue entendido y utilizado desde las primeras relaciones humanas y por lo tanto este principio no podía escapar a los fundadores del marxismo-leninismo. Esta valoración la encuentra en el concepto de “categoría eterna”, como califica Lenin a la educación, por lo que plantea que esta idea debe encabezar su exposición por considerarla una original definición totalizadora, y añade: “...las categorías, desde el punto de vista marxista, no son sistemas cerrados o inmutables de nociones fundamentales, a priori, sino como un reflejo de los aspectos más generales y más esenciales de la naturaleza y de la sociedad en la conciencia, que expresan la realidad objetiva (siempre cambiante)...”
En consecuencia, la educación es una categoría porque no es sino la expresión objetiva de un estado de conciencia que denuncia en el hombre su capacidad, su posibilidad para interpretar su medio, evaluar sus relaciones cognoscitivas, aprender las leyes que rigen esas relaciones y a su vez, estimularse hacia la superación cognoscitiva en un progresivo trabajo de concientización.”
"El 22 de febrero de 1905, nacía en Rivera Jesús Aldo Sosa, conocido durante toda su vida como Jesualdo. Escritor, poeta, ensayista, periodista, maestro por antonomasia y por sobre todas las cosas pedagogo, murió durante la dictadura, perseguido por ésta, prohibidos sus libros, en soledad".
Así comienza (y así continúa) el relato de Nico Schvarz, celebre periodista del diario La República al cumplirse en 2005 el centenario de su nacimiento.
"Recuerdo el dolor que nos produjo la noticia durante nuestro exilio en México, creo que en 1982. Nos dejó una sensación de desamparo, de impotencia por la suerte que la dictadura reservaba a un compatriota que había hecho conocer con honor a Uruguay, en un aspecto fundamental de su cultura, en América y en el mundo. En las jornadas proyectadas los especialistas analizarán sin duda el original aporte pedagógico de Jesualdo. No faltará allí su participación en la gran campaña alfabetizadora de Cuba al comienzo de su revolución, o el estudio sobre la educación en la República Democrática Alemana"
"Tengo un recuerdo muy vivo de mi primera lectura de “Vida de un maestro”, la experiencia pedagógica de la escuelita de Canteras de Riachuelo, departamento de Colonia, poblada por los hijos de los picapedreros. Esto y lo que sigue lo escribo de memoria, porque la dictadura se llevó mi biblioteca y la quemó. Ahora me cruza por la mente una notable contratapa que Jesualdo publicó en Marcha, titulada: “Sentirse quemado vivo”, en la que se refería a la quema en la plaza pública, por parte de la dictadura militar guatemalteca de turno, de sus textos de pedagogía, precisamente. El libro me impactó". (y a mí su comentario)
"Después leí otros dos libros que son en cierto modo una continuación de “Vida de un maestro”. El primero se llamaba, si no recuerdo mal, “120 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo”, e incluía una selección de redacciones de los escolares. Varias eran verdaderos poemas en prosa. Algunos fragmentos me quedaron en la memoria. Después vino “Fuera la escuela”, un intento novelado de seguir la vida de aquellos alumnos en la vida. Muchos de esos nombres nos resultaron familiares (Adelaida, Faedo, entre otros) y supimos de algunos de ellos después, en actividades diversas. Pero seguían siendo los antiguos alumnos de la escuela de Jesualdo."
"El 25 de enero de 1957 era el día fijado para la salida de El Popular. Nadie podría jamás imaginarse el desorden que reinaba en ese local pequeño y atravesado el día anterior. Estaba allí la dirección partidaria, más cantidad de militantes, sobre todo de la 8ª. y 19ª., que querían ayudar y llevarse el diario para difundirlo, pero que transformaron todo en un engorro intransitable. Cerca de la medianoche alguien gritó: "¡Ya está!” y lo que estaba era la primera página armada con las líneas de plomo. A una hora imposible de la madrugada se colocaron las ramas en la vieja rotativa, que había sido de Luis Batlle en Acción. Guillermo Israel apretó el botón… y no funcionó. Nuevos intentos, nuevos fracasos. A las 6 de la mañana se envió un comunicado a La Tribuna Popular explicando que por razones de fuerza mayor, etc. y nos fuimos a dormir, rendidos. A las 2 de la tarde estábamos al pie del cañón para discutir lo sucedido. El ambiente era tenso. Jesualdo pidió la palabra y leyó dos carillas que traía escritas, describiendo con un humor descacharrante el caos del día anterior, sin ahorrar detalle ni protagonista. El drama se transformó en una carcajada homérica. Habría que recuperar esas cuartillas y publicarlas, porque no tienen desperdicio. Estábamos salvados. El 1º de febrero apareció El Popular y seguimos saliendo regularmente, salvo cuando el pachecato nos clausuraba y la dictadura nos cerró definitivamente".
El libro "Vida de un maestro" continúa siendo motivante para aquellos que nos emprendemos en la carrera docente. desafia, estimula, y nos acerca a la realidad que pronto viviremos como maestros de libertad de decenas de niños.
Agustín Berisso, 3ro C, IFD de Pando.
Así comienza (y así continúa) el relato de Nico Schvarz, celebre periodista del diario La República al cumplirse en 2005 el centenario de su nacimiento.
"Recuerdo el dolor que nos produjo la noticia durante nuestro exilio en México, creo que en 1982. Nos dejó una sensación de desamparo, de impotencia por la suerte que la dictadura reservaba a un compatriota que había hecho conocer con honor a Uruguay, en un aspecto fundamental de su cultura, en América y en el mundo. En las jornadas proyectadas los especialistas analizarán sin duda el original aporte pedagógico de Jesualdo. No faltará allí su participación en la gran campaña alfabetizadora de Cuba al comienzo de su revolución, o el estudio sobre la educación en la República Democrática Alemana"
"Tengo un recuerdo muy vivo de mi primera lectura de “Vida de un maestro”, la experiencia pedagógica de la escuelita de Canteras de Riachuelo, departamento de Colonia, poblada por los hijos de los picapedreros. Esto y lo que sigue lo escribo de memoria, porque la dictadura se llevó mi biblioteca y la quemó. Ahora me cruza por la mente una notable contratapa que Jesualdo publicó en Marcha, titulada: “Sentirse quemado vivo”, en la que se refería a la quema en la plaza pública, por parte de la dictadura militar guatemalteca de turno, de sus textos de pedagogía, precisamente. El libro me impactó". (y a mí su comentario)
"Después leí otros dos libros que son en cierto modo una continuación de “Vida de un maestro”. El primero se llamaba, si no recuerdo mal, “120 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo”, e incluía una selección de redacciones de los escolares. Varias eran verdaderos poemas en prosa. Algunos fragmentos me quedaron en la memoria. Después vino “Fuera la escuela”, un intento novelado de seguir la vida de aquellos alumnos en la vida. Muchos de esos nombres nos resultaron familiares (Adelaida, Faedo, entre otros) y supimos de algunos de ellos después, en actividades diversas. Pero seguían siendo los antiguos alumnos de la escuela de Jesualdo."
"El 25 de enero de 1957 era el día fijado para la salida de El Popular. Nadie podría jamás imaginarse el desorden que reinaba en ese local pequeño y atravesado el día anterior. Estaba allí la dirección partidaria, más cantidad de militantes, sobre todo de la 8ª. y 19ª., que querían ayudar y llevarse el diario para difundirlo, pero que transformaron todo en un engorro intransitable. Cerca de la medianoche alguien gritó: "¡Ya está!” y lo que estaba era la primera página armada con las líneas de plomo. A una hora imposible de la madrugada se colocaron las ramas en la vieja rotativa, que había sido de Luis Batlle en Acción. Guillermo Israel apretó el botón… y no funcionó. Nuevos intentos, nuevos fracasos. A las 6 de la mañana se envió un comunicado a La Tribuna Popular explicando que por razones de fuerza mayor, etc. y nos fuimos a dormir, rendidos. A las 2 de la tarde estábamos al pie del cañón para discutir lo sucedido. El ambiente era tenso. Jesualdo pidió la palabra y leyó dos carillas que traía escritas, describiendo con un humor descacharrante el caos del día anterior, sin ahorrar detalle ni protagonista. El drama se transformó en una carcajada homérica. Habría que recuperar esas cuartillas y publicarlas, porque no tienen desperdicio. Estábamos salvados. El 1º de febrero apareció El Popular y seguimos saliendo regularmente, salvo cuando el pachecato nos clausuraba y la dictadura nos cerró definitivamente".
El libro "Vida de un maestro" continúa siendo motivante para aquellos que nos emprendemos en la carrera docente. desafia, estimula, y nos acerca a la realidad que pronto viviremos como maestros de libertad de decenas de niños.
Agustín Berisso, 3ro C, IFD de Pando.